En los últimos meses, la democracia directa y participativa ha cobrado nuevo impulso en el país. Las comunidades organizadas han asumido un rol activo en la planificación y ejecución de obras locales, con el objetivo de garantizar el ejercicio pleno de los derechos humanos y sociales de la población. “Planificar es soñar el futuro, y no puede hablarse de construir una democracia si ese futuro no es diseñado por el pueblo”, afirmó el vicepresidente sectorial y ministro de Planificación, Ricardo Menéndez, en una visita a Últimas Noticias.
El geógrafo y profesor universitario, quien se ha desempeñado durante años como planificador dentro de la Revolución, asegura que en Venezuela se avanza hacia un nuevo modelo de gobierno, basado en la participación directa de las comunidades en el diseño y la ejecución de las políticas del Estado.
Durante una entrevista con el equipo de UN, Menéndez destacó que los consejos comunales, comunas, circuitos y, ahora, los corredores comunales son los espacios territoriales donde se organizan los vecinos para planificar los proyectos que se desarrollan en el país. Dijo que a estos esfuerzos deben sumarse los ministerios y demás entes del Estado, con el fin de trabajar de manera sincronizada con el poder popular, tal como lo ha instruido el presidente Nicolás Maduro.
—¿Qué ha cambiado desde la planificación para que el país remontara los obstáculos que ha presentado por el bloqueo económico y financiero?
—Sobre el tema de la planificación, podríamos estar haciendo referencia a una construcción que ha estado ratificando el Presidente y es que hay un salto enorme en los procesos de planificación en nuestro país, sobre todo fundamentado en que es el pueblo el que planifica de manera directa cada uno de los procesos y las dinámicas. Esa es una de las grandes rupturas desde el punto de vista de paradigma. En Venezuela, el plan de desarrollo es construido directamente por nuestro pueblo. Cuando nosotros, por ejemplo, decimos el Plan de la Patria, estamos hablando de un plan construido en 166.000 asambleas, pero adicionalmente en los procesos de consulta popular, el Presidente ha dispuesto el manejo directo de los recursos según el punto de vista de la población. Eso no es un accidente, eso es el Plan de la Patria, una ley de rango constitucional que define que el sistema de planificación en Venezuela es un sistema de planificación público y popular y que, adicionalmente, concibe en su amplio espectro la definición de qué es lo que se debe hacer, el manejo directo de los recursos, las competencias, las decisiones y la gestión. El sujeto y actor de gobierno en Venezuela es el pueblo. Ese es un proceso integral el que se viene confeccionando y, por eso, la planificación dejó de ser un tema de expertos, de grandes élites, de gente despegada de la realidad y pasa a ser un proceso colectivo.
—¿Cómo desde el Ministerio de Planificación han visto este tema del crecimiento y la gestión pública con la participación del pueblo?
—La razón fundamental de la guerra es y fue disolver la República, que dejáramos de existir como nación, y cuando tú dices país es una cosa, pero cuando tú dices nación es una identidad cultural. Entonces, por ejemplo, decir Bolívar es parte de la nación y la bandera es parte también de ese concepto. Cada uno de los intentos que se generaron para agredir a la República tiene que encontrar en la construcción colectiva de nuestras comunidades la manera de articularse. Cuando nos convocan a un proceso electoral y a discutir nuestros problemas de las comunidades, se trata de un sistema integral de políticas públicas. No se trata solamente del derecho que tenemos de decidir qué es lo que se hace o no en cada una de nuestras comunidades. Por eso, el Presidente habla de un sistema de gobierno popular y comunal; además, habla de poder obediencial. La comunidad tiene el derecho de definir cuál es la priorización de sus temas, pero no solamente en una votación a secas, sino que, para hacer esa votación, primero se sentó en asamblea y vio cuáles son sus necesidades, cuáles son sus problemas y formula su Agenda Concreta de Acción. El Presidente, al bajar los recursos, está dando poder al pueblo y metiendo un corrientazo. Esto demuestra que el pueblo organizado es mucho más eficiente para el manejo de los recursos, no solamente desde el punto de vista de decidir qué hacer, sino cómo hacerlo. Recursos que daban para 10 techos a sustituir, de repente se convirtieron en 20. ¿Y por qué se convirtieron en 20? Porque hay otros métodos de gestión, hay otras formas de construir, porque existe el trabajo voluntario, porque está el desesperarse por conseguir el precio más barato, etcétera. Entonces, de esa construcción, se fue vinculando posteriormente con todo lo que es la construcción de los ACA, pero te lleva a una necesidad que es la que va a ser el gran desafío de este momento presente, y ya el Presidente hizo una alerta en la carretera vieja Caracas-La Guaira, donde él refiere que, a esa construcción, a esa ejecución popular que se está generando, los ministerios tienen que sincronizarse y ponerse a nivel del pueblo. Fíjate, lo que estamos planteando es ponerse a nivel del pueblo. Todos tenemos que ponernos a nivel del pueblo.
—¿Un cambio de paradigma completo del gobierno?
—Ahora pasamos a una etapa que se empieza ya a perfilar, que es construir del impulso de lo local y, a partir del gobierno obediencial, construir todo un edificio de políticas públicas que permita sincronizar el sistema. Es el cambio y la transformación del Estado venezolano. Mientras procuren agredir a nuestra República, la defensa que ha planteado el Presidente es seguir avanzando en la construcción de nuestra sociedad.
—¿Este proyecto ha tenido la capacidad de sumar personas que no están identificadas con la Revolución Bolivariana?
—Parte de las heridas de la guerra es, precisamente, buscar dividirnos, buscar separarnos como nación. Y tiene que ser una victoria política con P mayúscula de la nación, el unificar todos los esfuerzos, todas las construcciones colectivas del país. Tú vives en la calle tal; este otro vive en la casa del frente. Ahí no importa si es chavista o si no es chavista; es una condición política de cada uno de los individuos. El derecho a todo lo que significa el desarrollo del plan de la 7T es para todas y todos los venezolanos, absolutamente. Además, es muy importante la identificación de la unidad base, de la unidad de trabajo que se tiene. ¿Cuál es la unidad base? ¿Cuál es la unidad de trabajo? ¿La definió alguien en una oficina, la decidió la famosa división político-territorial? No, la define algo que es la identidad con el topónimo, con el topos, lo que decía Simón Rodríguez cuando hablaba de la toparquía, que habla de la cualidad de algo. Por ejemplo, de quien dice ser de La Bombilla: “Yo soy de La Bombilla” o de quienes dice ser: “Yo soy de La Boyera, yo soy de Caricuao, de Antímano”, de lo que sea. Es que, en la cualidad de ese nombre, en ese topónimo vinculado a la comunidad, se da una construcción que tiene que ver con los tipos de vivienda, con los que llegaron más o menos en la misma oleada migratoria, con los que fundaron el barrio hace 30 o 40 años y con la identidad más profunda, pero esa identidad más profunda es un truco de planificación, porque es definir unidades relativamente homogéneas de necesidades. Cuando tienes una comunidad, esa comunidad tiene una historia. Esa historia, además, le hace que tenga una pertenencia, le hace que tenga una tipología social más o menos parecida. Y esa tipología más o menos parecida permite que los problemas sean más o menos parecidos. Por lo tanto, las soluciones relativamente parecidas van a permitir que sean más eficientes. Y ahí tienes una cualidad, que es que quien define la unidad base de trabajo es la comunidad, y por eso la construcción de la democracia directa parte de la comunidad, comunidad base de trabajo de todo el sistema y de todo el edificio de políticas públicas nacionales.
—¿Cómo valora su experiencia, ya que has estado también en las comunidades aprovechando el bagaje cultural, histórico, de identidad y formación?
—La tarea de fondo y sustancial es construir democracia directa para garantizar la plenitud de los derechos humanos y sociales de la población. Lo que hay en Venezuela es la construcción precisamente de ese modelo de democracia directa, que tiene que conllevar al nacimiento de un nuevo Estado. El nuevo Estado está naciendo; es parte del parto. Ese nuevo Estado rompe con la concepción vieja del Estado, rompe con el Estado liberal, y para nosotros el pueblo no es un espectador. El pueblo no es algo que está y ya, y que puede votar cada cinco, cada seis años. El pueblo es el vector fundamental de construcción del nuevo edificio del Estado y ese pueblo está organizado desde el punto de vista territorial, porque el Estado tiene una relación con el territorio y esa forma de organización tiene que ver con la comunidad, los consejos comunales, la comuna, con los corredores, que es una figura que el Presidente está impulsando y tiene que ver con las subregiones, las regiones y el Estado como nación.
—¿Cómo ha tenido la posibilidad de bajar a tierra el presidente Nicolás Maduro el concepto de participación participativa y protagónica?
—Independientemente de la posición política que se tenga, hay que reconocer la capacidad enorme y descomunal que tiene el Presidente de dirigir efectivamente un país en función de la agresión más grande que se ha planteado en toda la etapa republicana contra el país. Ha logrado impulsar crecimientos económicos en períodos de guerra y en períodos de pandemia. Hay que quitarse el sombrero ante lo que ha significado, pero adicionalmente, saliendo apenas de la pandemia, todavía en el patio de la Asamblea Nacional, con los tapabocas, que fue donde se efectuó uno de los mensajes, el Presidente llamó a accionar las 3R.net, es decir, que todavía cuando no se veía el horizonte, cuando todavía no había crecimiento económico, el Presidente convoca a la profundización de la construcción de un nuevo modelo desde el punto de vista social. Nadie puede tener duda sobre el nivel de cumplimiento descomunal que hizo el Presidente y hace en función de la comuna o nada, de construir precisamente esa promesa que le planteara el Comandante Chávez, pero, además, es una construcción que es un nuevo paradigma, que es una nueva doctrina. Cuando el Presidente inicia la construcción de los gobiernos de calle en 2013, está generando la semilla de esto que estamos viendo ahorita, que se está recogiendo ahorita. Cuando habla, precisamente, de la construcción que se planteó en las primeras visiones de las agendas concretas de acción que se empiezan a construir en los planes de la patria comunal en 2017. De las primeras comunas que se plantearon fue la Comuna Gual-España. Fue ahí en la carretera Vieja, en el corredor Caracas-La Guaira, que visitó el Comandante Chávez. Luego volvió el presidente Maduro y ahí se generó un Consejo de Ministros en la propia Comuna Gual y España, vinculado precisamente al Golpe de Timón. Los primeros planes de la patria comunales que se efectuaron en esa comuna. Las primeras instalaciones de Base de Misiones se generaron, precisamente, en el sitio donde el Presidente efectuó el acto recientemente. Y ahora lanza una nueva escala que tiene que ver con el corredor comunal y lo lanza asociado a esto. Lo digo no porque sea la singularidad del sitio, sino para ver el desarrollo de un proceso político y de un proceso social que ha tenido sobre todo la concreción, que es quizás uno de los temas más importantes. ¿Qué debemos alertar? El momento de salto. ¿Cuáles son los momentos de salto? Primero, tenemos un plan de la 7T, que fue formulado desde el poder popular y desde ese se llegaron a hacer todas las políticas públicas nacionales. ¿Cuántos países del mundo pueden decir que su plan de desarrollo es formulado desde las asambleas populares? ¿Cuántos pueden decir que su plan de desarrollo tiene una agenda concreta en las gobernaciones, en las alcaldías y en cada escenario de cada comuna y el poder popular, que tiene comisiones de trabajo organizadas en las salas de gobierno comunal en función de las T del plan de desarrollo de la Patria?
—Desde el punto de vista de gobernabilidad, ¿eso no tiene precedente?
—Es una belleza muy grande, pero por supuesto es un desafío en función de lo que está planteando el Presidente, porque ahorita tenemos un hilo conductor de todo el sistema de políticas públicas que permite vislumbrar la territorialización del Estado, es decir, que el Estado y los ministerios no van a ser entes aéreos, sino que cuando decimos: “Esta política pública que está, ¿dónde se ramifica?”. Cae directo en cada uno. ¿Y quién es el actor que está aquí? Está el actor de la comuna, es decir, que el edificio del Estado se va a ir construyendo con lo que soñó el Comandante Chávez, que era un sistema de agregación territorial.
—¿Cómo has visto que entes internacionales y nacionales dan cifras sin tomar en cuenta este proceso que se viene dando en Venezuela?
—Hay varios temas, uno, la invisibilización de datos, de cifras acompañando el proceso popular. Por ejemplo, se llegó a la cifra acumulada de 5.931.000 participantes antes en las jornadas de formación en planificación popular. Esas son cifras que se pierden de vista, nunca antes se llegó a tal nivel de participació, pero sin embargo quedan invisibilizadas desde el punto de vista de las construcciones colectivas. Esto es lo que estamos diciendo, son procesos de formación continua que tiene nuestro poder popular, comunas, y quedan simplemente invisibilizados ante el volumen de información que existe. Hay mantos que se ponen las sociedades y hay mantos que se ponen las guerras. Sería muy interesante cuando, pasada la guerra, se haga justicia con todos los crímenes que se cometieron durante los procesos de guerra. Y uno de los crímenes atroces que se ha acompañado es desde algunos pseudomundos académicos, de algunos pseudomundos de consultores, de organismos internacionales, para acompañar el proceso de las guerras. Sí, organismos internacionales agarraron e hicieron encuestas en Venezuela y con 300 encuestas por estado dijeron que había 10 millones de personas en hambre y con eso se hicieron de recursos internacionales para hacer un negocio de la supuesta ayuda humanitaria. ¿Quién se va a sentar algún día en el banquillo de los acusados y ver los crímenes que se cometieron contra los países, precisamente, con los negocios de las ayudas humanitarias, con los negocios de las Organizaciones No Gubernamentales?
Al detal
- ”Lo más bello que tiene el plan de la nación hoy en Venezuela es que es una bandera colectiva popular, que está arraigada en la gente; la gente lo formuló, no es un documento burocrático, que estaba puesto en una oficina, en un escritorio”.
- “Está naciendo en Venezuela un nuevo Estado y esa es la gran y hermosa noticia que tenemos, que todas y todos tenemos porque nadie lo va a poner de mirón de palo. Todos tenemos el derecho a votar, a participar, a generar en asambleas y direccionar los recursos públicos y decir para qué se van a emplear, cómo se van a emplear, y ahora le estamos diciendo al Presidente que no solamente en los específicos de su comunidad, sino que la participación es en todas las políticas públicas”.
- “Venezuela ha tenido la altura, la gallardía y tiene la autoridad moral para exigir, precisamente, que se enserien en el tema de las cifras que esos organismos internacionales inflaron, y las ONG que se enserien en los números, y que no sean usados los números y las cifras como parte de los pretextos, de los gráficos que ilustran los misiles y las artillerías de guerra contra nuestro país.