El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela rechazó de manera contundente la censura aplicada por la empresa administradora de la red social Facebook a la cuenta del presidente constitucional Nicolás Maduro el día de ayer, al eliminar la transmisión en vivo y bloqueo de la mencionada cuenta oficial del jefe del Estado por 30 días por haber presentado el plan de distribución en el país del retroviral Carvativir.
En un comunicado oficial emitido hoy por el Ministerio de Comunicación e Información, el gobierno condenó esta acción injustificada y unilateral por parte de los administradores de Facebook, empresa que “marcó el contenido como falso y lo suprimió de manera arbitraria (…)vulnerando con ello el derecho de 1,2 millones de usuarios y usuarias de dicha cuenta, a la información veraz y oportuna”, señala el comunicado.
En otro de sus párrafos, el texto recuerda que “No es la primera vez que la empresa Facebook y sus asociadas (Whatsapp e Instagram) se abrogan el derecho de silenciar y sancionar, discrecionalmente, los contenidos que el Jefe de Estado publica diariamente —en el uso ético de la libertad de expresión, pensamiento y opinión— relativos a las políticas de Estado y que son de alto interés público para Venezuela y el mundo”.
En este contexto, señala el comunicado que “Llama poderosamente la atención que, en una suerte de tiranía del algoritmo, se persiga principalmente aquellos contenidos orientados al combate de la pandemia y que son de interés científico y por tanto urgentes para la salud de la humanidad”.
Esta es la segunda ocasión en que Facebook bloquea y censura al presidente Maduro, la primera vez se registró el pasado mes de octubre de 2020 cuando el Jefe del Estado informó sobre el desarrollo de la molécula DR10, medicamento avalado por la comunidad científica y presentado ante la Organización Panamericana de la Salud para su certificación, el cual también fue censurado.
Apropósito de esta acción injustificada, expresa el comunicado que “Queda en evidencia, y así lo denunciamos, que asistimos a un totalitarismo digital, ejercido por empresas supranacionales que quieren imponer su ley a los países del mundo”.