(Prensa Mppp/ Caracas, 3 de diciembre de 2020)-. En el marco de los 200 años del Armisticio y el Tratado de Regularización de la Guerra suscrito entre la República de Colombia y El Reino de España los días 25,26 y 27 de noviembre de 1820, la Fundación Escuela Venezolana de Planificación (FEVP) presentó el libro «De la Paz a la Victoria» una compilación de varios connotados historiadores y escritores venezolanos.
En el bautizo de la obra, estuvieron presente el Vicepresidente y ministro del Poder Popular de Planificación, Ricardo Menéndez; el Constituyente, Ricardo Molina; y los maestros y maestras Iraida Vargas, Omar Hurtado y Mario Sanoja, entre otros.
Reconocimiento del adversario como punto de partida para la paz
Sobre los Tratados de Trujillo suscritos entre Simón Bolívar (República de Colombia) y Pablo Morillo (Reino de España) el Vicepresidente Ricardo Menéndez afirmó que una de sus virtudes, es el reconocimiento del adversario como primer punto para construir la paz.
“Cuando se sientan dos adversarios de la magnitud de la Colombia y de España (Simón Bolívar-Pablo Morillo), cuando se sientan y se miran cara a cara y se reconocen como adversario es el primer punto para poder construir la paz”.
Asimismo, aseguró que el reconocimiento del adversario es probablemente uno de los grandes dilemas del la historia contemporánea y de los Acuerdos de Trujillo al tiempo que rememoró cuando el Comandante Hugo Chavez llamó a la Batalla de Santa Ines en el 2004, “Trayendo al reducto de la Constitución aquella oposición de ese momento histórico, quien terminó reconociendo la Carta Magna”.
En este sentido, indicó que si hay una oposición que se niega a reconocer un adversario es porque no quiere que haya paz, es porque no quiere que haya una construcción de paz en el país. Cuando hay una oposición que reconoce un proceso electoral y que reconoce su adversario está dando un primer paso desde el punto de vista del entendimiento”, refieriendose al contexto electoral actual.
Igualmente, afirmó que los revolucionarios “No existimos como negación del contrario, sino como defensa de un proyecto propio, y que la Revolución Bolivariana reconoce al contrario y se le trata con humanismo porque al final eso es lo que nos hace finalmente revolucionarios”.
Sobre la utilidad de la historia alertó que si no hay reencuentro con el devenir histórico será imposible construir una revolución ni la construcción del presente y del futuro “Si no hacemos la lectura de la historia seria imposible la construcción de un presente y de un futuro y seriamos simplemente presas de la circunstancia y de cada adversidad que pudiera presentarse”.
Visión histórica del Armisticio
Por su parte. El Constituyente Ricardo Molina expresó su satisfacción por contar con esta obra histórica y de tener a los historiadores que plasman una visión revolucionaria del Armisticio y del Tratado de Regularización de la Guerra acaecidos hace 200 años.
Señaló que en la obra De la Paz a la Victoria expresa como el Imperio español reconoció a Colombia como una República, a Simón Bolívar como jefe y al pueblo colombiano con derechos a ser libres y soberanos. “Para nosotros es muy importante tener este ejemplar en el que pueda reunirse las visiones de todos estos historiadores para que conformemos una idea mas consolidada de lo que es nuestra historia y seguir defendiendo nuestra patria”.
Finalmente, el profesor de la Escuela Venezolana de Planificación, Omar Hurtado, aseveró que la obra tiene el merito de ser un trabajo donde convergen premios nacionales de historia, connotados escritores, y colaboradores internacionales.
De igual manera, destacó que es una obra colectiva porque convergen el esfuerzo la Escuela Venezolana de Planificación, Centro Nacional Estudios Históricos, La Red Historia, Memoria y Patrimonio, Centro de Estudios Simón Bolívar, entre otras instituciones venezolanas.
“Busca destacar que en 1820 se reconoce la República de Colombia, que esa República marca ruta insoslayable al inaugurar en la historia el Tratado de los Derechos de las Víctimas y los Participantes de la Guerra, por primera vez en 1820 se estaría sentando las bases para el derecho Internacional Humanitario, esa es la importancia del libro y de su proyección”.